Pero ¿qué significa meditar realmente?
Josué 1:8
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

La palabra “Meditar” en hebreo se traduce como “Hagah“, y engloba el significado de reflexionar, murmurar, gemir, contemplar y repetir palabras en voz baja con un sonido suave, al mismo tiempo que se elimina por completo cualquier distracción externa¹⁵.
La meditación cristiana es llenar la mente de la palabra de Dios, no vaciarla; pensar cuidadosamente cada palabra o frase.
Este término no guarda relación alguna con la interpretación de “meditar” en las religiones orientales ni con su uso en la actualidad en contextos de la nueva era, como el yoga, entre otros. Estas interpretaciones erróneamente sugieren el acto de vaciar completamente la mente para conectarse con un “Yo” superior, el universo o energías. Debemos ser cautelosos al respecto, ya que una mente vacía brinda un espacio perfecto para que los demonios entren y encuentren morada.
En Mateo 12:43-45, se expone que cuando un espíritu maligno abandona a una persona, recorre lugares desolados en busca de descanso pero no lo encuentra. Entonces, decide regresar al lugar de donde partió. Al llegar, encuentra ese lugar desocupado, limpio y ordenado. Sin embargo, trae consigo a otros siete espíritus más perversos que él, y todos ellos toman morada. Así que el estado final de esa persona resulta ser peor que el inicial. A esto se refiere con una mente vacía, una casa sin dueño, es muy importante que nuestra mente tenga el dueño correcto.
El salmo continúa expresando que la persona “se deleita en la ley del Señor” “medita en ella día y noche” , “encuentra su delicia”(lo que sí hace).
En una versión contemporánea de la Biblia, la TLA, se expresa que Dios bendice a aquellos que aman su Palabra y la estudian con alegría día y noche.
Me gustaría que nos planteáramos esta pregunta ¿me deleita pasar tiempo en la palabra de Dios?
Una de las formas para medir tu auténtico deleite por la Palabra de Dios es a través de la hambre que experimentas por ella, ya que la Palabra es nuestro alimento espiritual. ¿Tienes hambre por la palabra de Dios? Eso es a lo que Jesus se refirió como ser pobre de espíritu , hambriento espiritual.
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
-Mateo 5:3
La Biblia es un libro emocionante; su lectura no debería ser vista como una carga ni generar aburrimiento. Por el contrario, resulta placentera, un auténtico deleite.
Una cita de Lutero que me impacta es: “No puedo vivir en el paraíso sin la Palabra de Dios, pero puedo vivir en el infierno con ella“.¹⁷
A veces, puede parecer que estamos inmersos en dificultades, parece que estamos en medio de un infierno, pero acá disponemos de una llave: podemos sobrevivir en medio de tormentas con la Palabra de Dios, ya que esta es la mejor fuente de consejo y consuelo.
“Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que la miel, y que la que destila del panal.” Salmo 19:10
DATO CURIOSO
Una de las traducciones asocia la palabra “meditar” con el término “rumiar“. Esto es comparable al proceso de las vacas que comen pasto y lo mastican intensamente. El alimento va a un estómago, luego más tarde vuelve ese alimento a la boca para seguir siendo masticado.
Las vacas tienen cuatro estómagos, por lo tanto este proceso se vuelve a repetir pasando por todos los estómagos. Asimismo en el diccionario de la Real Academia Española define que “rumiar” es considerar despacio y pensar con reflexión y madurez algo.
Por consiguiente, nosotros también debemos “rumiar” la palabra de Dios, masticarla, traerla de vuelta durante el día, usarla para compartirla a alguien en el momento adecuado, repetirla hasta que quede arraigada en nuestro corazón, aplicar sus enseñanzas a nuestra propia vida y orar al Señor sobre ello.
“El que es bienaventurado dedica su tiempo a meditar en la Palabra de Dios. la lectura cosecha el trigo, la meditación lo trilla, lo muele y lo transforma en pan. La lectura es como el buey se lleva el alimento a la boca, la meditación se asemeja cuando rumia y lo dirige. No es solo la lectura lo que nos hace bien, sino que necesitamos que el alma se alimente interiormente y la digiera”
-Charles Spurgeon¹⁶
Flay 🐝




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