Salmo 138:8

“Y a mí, pobre y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta. “
Salmo 40:17

¿David era pobre y necesitado? ¡No! Era el Rey de Israel, vivía en un palacio, pero reconoció su pobreza de espíritu, su debilidad y con humildad reconoció que necesitaba la ayuda de Dios. Él estaba hambriento por la Palabra de Dios. No fue un hombre orgulloso o autosuficiente, él no confiaba en su posición de rey, en su propio poder o fuerza, en su ejército o sus riquezas materiales.

En el Nuevo Testamento leemos que muchas veces Jesús hace mención a los pobres, Él se acerca  a los pobres, no habla de pobreza material, sino del corazón, de un corazón humilde, que reconoce que tiene hambre y sed de Dios, como un necesitado que abre las manos para recibir la ayuda del Señor. 

“El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.” 

-Isaias 61:1 

Aspiremos a ser pobres de espíritu y ricos de corazón, abriendo nuestras manos para recibir las buenas nuevas y la vida abundante que Jesús nos promete. Como dice Dante Gebel: “Soy rico, no porque tenga mucho, sino porque necesito poco”. 

Necesitamos poco, una sola cosa para ser ricos, pero que a la vez lo es TODO, a Jesus en nuestras vidas! Nuestra verdadera riqueza está en tener a Jesús en nuestras vidas. Como dice una canción que me encanta : “si te tengo a ti, lo tengo todo, mi amado, mi tesoro, fuera de ti nada deseo Señor”

Qué hermoso saber que el Creador del universo nos tiene en Sus pensamientos, no te olvides de eso, Dios te tiene a ti en sus pensamientos, no sos invisible para Él, el no te olvida. No dudes que Dios te ama y tiene un propósito especial para tu vida. Mantén tu confianza en Él, pues Él siempre está a tu lado y te acompaña en cada paso del camino.

“Jehová cumplirá su propósito en mí”

-Salmo 138:8

Flay 🐝💕